tag:blogger.com,1999:blog-43747207197520413712024-03-13T14:33:19.059-07:00La nube del duendeAndrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.comBlogger29125tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-46449910127068097992017-11-12T09:21:00.003-08:002017-11-12T09:21:56.011-08:00Cambio de etapaLlevaba ya unos meses dando vueltas a la idea de que este blog ya no me representa. Como cualquiera que haya leído las últimas entradas puede notar, mi vida no se parece ahora en nada a la que tenía cuando empecé a escribir aquí. Por aquel entonces tenía 16 años y he ido cambiando progresivamente hasta convertirme en quien soy ahora mismo. Por eso para mí ya no tenía sentido continuar escribiendo desde la nube de un duende que ya no soy yo.<br />
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A partir de ahora comienza una nueva etapa, la de la <a href="https://luzinfravioleta.blogspot.com.es/">Luz Infravioleta</a>.<br />
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<a href="https://4.bp.blogspot.com/-s0nVSNy75jo/WgiCruFL_JI/AAAAAAAAAQk/q6SD1DEcA50q1--fjSjGi1BqoyRvFyUwQCLcBGAs/s1600/fondoblog.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="460" data-original-width="819" height="356" src="https://4.bp.blogspot.com/-s0nVSNy75jo/WgiCruFL_JI/AAAAAAAAAQk/q6SD1DEcA50q1--fjSjGi1BqoyRvFyUwQCLcBGAs/s640/fondoblog.png" width="640" /></a></div>
Logo realizado por <a href="https://www.instagram.com/irenemalok/">Irene Malok</a>Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-74487161088252963892017-09-26T13:28:00.002-07:002017-09-26T13:28:36.339-07:00No soy suficienteMe gustaría ser una persona fuerte, de esas que tienen las cosas muy claras y no se ven afectadas por lo que piensan los demás. Me gustaría ser una persona madura, de esas que son capaces de gestionar sus sentimientos y relaciones personales de una forma sana. Me gustaría ser una persona valiente, de esas que no tienen miedo de vivir según sus convicciones aunque se alejen de lo marcado por la sociedad. Y, como me gustaría ser una persona fuerte, madura y valiente, suelo fingir que lo soy y, a veces, incluso yo misma me lo creo.<br />
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Pero lo cierto es que la realidad es muy distinta. Soy tremendamente insegura.<br />
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Me encantan las personas que son como yo quiero ser. Las admiro, las envidio. Y cuando alguien así quiere tenerme en su vida me siento tremendamente afortunada. Cada segundo con ellos es enriquecedor y lo disfruto enormemente. Siento que crezco como persona escuchando atentamente sus opiniones y puntos de vista. Pero a la vez siento que están a años luz de mí, que en comparación no soy ni fuerte ni madura ni valiente.<br />
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"Se acabará cansando de mí". Ese pensamiento me machaca la cabeza en cuanto me descuido. Si yo soy tan infantil y él es tan adulto. Si él tiene las cosas tan claras y yo ni siquiera sé hacia dónde estoy yendo. Si yo sé que por mucho que admire y comparta sus ideales jamás tendría la valentía para tomar las decisiones que él toma. Si yo soy pura inseguridad y él es como una roca firme.<br />
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Odio sentirme inferior. Sobre todo porque él no hace nada para que yo me sienta así. Pero siempre pienso que no soy suficiente. No soy lo suficientemente fuerte. No soy lo suficientemente madura. No soy lo suficientemente valiente. Y aunque finja serlo y a veces hasta me lo crea, la verdad es que no engaño a nadie.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-77984204115416348422017-07-28T07:37:00.001-07:002017-07-28T07:37:33.442-07:00Más<div style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif, serif, EmojiFont; font-size: 16px;">
Quiero más. Sonará a niña caprichosa pero es la pura verdad. Me sabe a poco lo que tenemos, a muy poco. Pero no creo que tenga derecho a pedir más, ya me parece demasiado lo que haces. No sé si sabes cuánto te agradezco los gestos y los detalles. No creo que te haya dicho lo mucho que valoro haberte visto más en 3 meses que a otros en 6 años, lo fácil que haces que parezca algo que llevaba años pensando que estaba lleno de complicaciones.</div>
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Y si es tan sencillo de decir... ¿por qué no me atrevo a decírtelo? Porque no quiero que lo malinterpretes. Y es que decir "quiero más" puede sonar a que quiero algo diferente y no es cierto. No quiero que pienses que es a eso a lo que me refiero porque nada más lejos de la realidad. Yo solo quiero exactamente lo que tenemos... pero más.</div>
Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-82937737620403703202017-06-07T02:08:00.002-07:002017-06-07T02:08:15.597-07:00El textoEscribiendo un texto para el fanzine que se va a editar este año dentro del proyecto de La Nave del Teatro Calderón, recordé el que salió publicado en el del año pasado. Fue un texto que escribí justo después de ver Otelo y de que nos dijeran que el tema sobre el que íbamos a hablar era la violencia de género y el machismo. Esto me salió del alma y levantó algunas heridas aunque mi intención era solamente desahogarme.<br />
El texto que finalmente salió en el fanzine no está completo, es una adaptación que me gusta mucho aunque no es tan duro como el original. Hubo gente que lo leyó en su día y le pareció muy intenso. Hoy quiero dejar aquí tanto la versión del fanzine como el texto original para que todo el que quiera pueda leerlo.<br />
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<a href="http://2.bp.blogspot.com/-LQeSe6cj-a4/WTfBbgAeR-I/AAAAAAAAALs/3Flh4MD5caMUAISnpeMEhWP8Up9U3cxPwCK4B/s1600/WhatsApp%2BImage%2B2017-06-07%2Bat%2B11.01.46.jpeg" imageanchor="1"><img border="0" height="320" src="https://2.bp.blogspot.com/-LQeSe6cj-a4/WTfBbgAeR-I/AAAAAAAAALs/3Flh4MD5caMUAISnpeMEhWP8Up9U3cxPwCK4B/s320/WhatsApp%2BImage%2B2017-06-07%2Bat%2B11.01.46.jpeg" width="289" /></a></div>
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<span style="background-color: white; color: #212121; font-family: wf_segoe-ui_normal, "Segoe UI", "Segoe WP", Tahoma, Arial, sans-serif, serif, EmojiFont; font-size: 15px;">No quieres. No te apetece. Llevas un tiempo sin tener ganas aunque no sabes por qué. Él sí tiene y notas el reproche en su mirada cada vez que te niegas. Estás en tu derecho y él lo sabe, lo acepta. Lo acepta pero le jode tu negativa y tú lo notas y te sientes fatal. Porque le quieres. De verdad le quieres y te parece que no se lo demuestras. En realidad sí lo haces. Le apoyas, le ayudas... El sexo no es lo único que importa. Y aún así sientes que algo falla dentro de ti y te duele decirle que no te apetece. Y te duele ver cómo intenta comprenderlo y no lo logra.</span><br style="background-color: white; color: #212121; font-family: wf_segoe-ui_normal, "Segoe UI", "Segoe WP", Tahoma, Arial, sans-serif, serif, EmojiFont; font-size: 15px;" /><span style="background-color: white; color: #212121; font-family: wf_segoe-ui_normal, "Segoe UI", "Segoe WP", Tahoma, Arial, sans-serif, serif, EmojiFont; font-size: 15px;">Hoy tampoco tienes ganas. Os habéis quedado solos y él espera que por fin digas que sí. Y tú accedes sin saber muy bien por qué. Quizá tienes miedo a que tus constantes negativas le hagan hartarse de ti, aunque sepas que es un miedo irracional porque él te quiere más allá de todo eso. Puede que inconscientemente creas que tiene derecho a un sí por todo lo que hace por ti. El caso es que esta vez no le paras y notas que se alegra por ello.</span><br style="background-color: white; color: #212121; font-family: wf_segoe-ui_normal, "Segoe UI", "Segoe WP", Tahoma, Arial, sans-serif, serif, EmojiFont; font-size: 15px;" /><span style="background-color: white; color: #212121; font-family: wf_segoe-ui_normal, "Segoe UI", "Segoe WP", Tahoma, Arial, sans-serif, serif, EmojiFont; font-size: 15px;">Besos, caricias, ropa que cae al suelo entre la dulzura y el ansia. Tu cuerpo reacciona y hasta agradeces haber accedido. Te gusta cómo te hace sentir y sonries ante el estallido de placer que te produce llegar. Llegar la primera, como siempre.</span><br style="background-color: white; color: #212121; font-family: wf_segoe-ui_normal, "Segoe UI", "Segoe WP", Tahoma, Arial, sans-serif, serif, EmojiFont; font-size: 15px;" /><span style="background-color: white; color: #212121; font-family: wf_segoe-ui_normal, "Segoe UI", "Segoe WP", Tahoma, Arial, sans-serif, serif, EmojiFont; font-size: 15px;">Y ahí todo se tuerce porque él tarda en terminar y tú estás deseando que lo haga. Te pide ponerte de otra forma, de una que no te gusta demasiado pero sabes que a él sí y accedes porque así acabará antes. Quieres que termine, no te gusta estar así, incluso te duele ligeramente. Deseas con toda tu alma decirle que pare... pero no lo haces porque algo dentro de ti te dice que tiene derecho. Tú que al principio no querías has disfrutado y ahora es su turno te guste o no. Sabes que si se lo pidieses pararía pero no te parece justo así que simplemente esperas que acabe cuanto antes.</span><br style="background-color: white; color: #212121; font-family: wf_segoe-ui_normal, "Segoe UI", "Segoe WP", Tahoma, Arial, sans-serif, serif, EmojiFont; font-size: 15px;" /><span style="background-color: white; color: #212121; font-family: wf_segoe-ui_normal, "Segoe UI", "Segoe WP", Tahoma, Arial, sans-serif, serif, EmojiFont; font-size: 15px;">Cuando por fin lo hace notas lágrimas en los ojos y agradeces que no pueda verlas. "Te quiero" susurra. "Y yo a ti". Y es verdad que le quieres por debajo de tus lágrimas. Te escabulles rápido al baño con una excusa y allí te miras en el espejo. Sola. Desnuda. Frágil. Avergonzada. Con las mejillas empapadas. Víctima de ti misma. Porque si en ningún momento has dicho NO, no sabes si es una violación consentida o una autoviolación.</span></div>
Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-47764533775327498552017-05-17T08:28:00.002-07:002017-05-17T08:28:26.685-07:00Érase una vez una chica<span style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;">Érase una vez una chica que tenía muy claro lo que quería hacer. Llevaba años soñando con ello y dedicando su tiempo libre a mejorar cada vez más. Si podía estar en cuatro cursos diferentes a la vez, mejor que en tres. Siempre con ganas de aprender, de mejorar, de sentirse reconocida por lo que hacía. Y siempre con la meta de estudiar aquello que la apasionaba y poder dedicarse a ello profesionalmente.</span><br style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;" /><span style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;">Pero esta chica tenía un problema: un enorme complejo de inferioridad. No importaba lo mucho que progresase porque siempre había alguien que la hacía sentir mala en comparación. Y cuando estaba a punto de llegar a su objetivo, cuando apenas faltaban unos meses para intentar entrar en esas escuela con la que tanto había soñado... se acobardó. Pensó que no era lo suficientemente buena, que ni siquiera valía la pena intentarlo. Pensó que era un mundo demasiado duro y que no lo soportaría. Y tiró la toalla.</span><br style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;" /><span style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;">Buscó a qué agarrarse y finalmente encontró algo que se le daba bien y que estaba relacionado. Pero no la llenaba y cada curso que avanzaba estaba más desmotivada. No sabía qué hacer después. Ninguna opción era lo suficientemente buena. Se aferraba a sueños ajenos, como si los suyos no fueran importantes, como si pudiera ser feliz simplemente logrando que lo fuera otra persona.</span><br style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;" /><span style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;">Y un día decidió que no podía seguir así. Que estaba perdida, que necesitaba encontrarse a sí misma. Decidió descubrir quién era y qué quería ella. Y empezó a cambiar todo aquello de su vida que la estaba lastrando. Soltó todos los pesos que ella misma había decidido sujetar pero con los que ya no estaba dispuesta a cargar.</span><br style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;" /><span style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;">Y, finalmente, tras un proceso de cambio, de redescubrimiento de sí misma y de reencuentro con aquello que siempre había amado, decidió volver a su camino original.</span><br style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;" /><span style="background-color: white; font-family: ProximaNovaReg, "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;">Esta historia aún no ha acabado. De hecho acaba de empezar. Y la chica nunca se había sentido tan en paz consigo misma.</span>Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-74491992437675155932017-04-21T08:06:00.001-07:002017-04-21T08:06:08.998-07:00Cambios"No cambies nunca". Es esa frase que te decían de pequeño al terminar un campamento de verano. La cantidad de veces que una de esas personas con las que había estado conviviendo durante diez días me firmaba en una libreta con esa frase. Y me parecía maravillosa. Seguramente yo también la utilicé muchas veces. Y es que parece algo bueno ¿no? Si conoces a alguien que te parece que merece la pena, pues que no cambie. Ahora lo pienso y desearle eso a alguien me parece horrible.<br />
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Alguien que no cambia se queda estancado, no crece, no aprende de lo que le ha sucedido. Y puedo decir que no hay nada más gratificante que mirar hacia atrás y ver cuantísimo has cambiado a mejor.<br />
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A veces cambias sin querer hacerlo. A mí me aterraban los cambios y, sin embargo, yo misma empecé a cambiar. Me di cuenta de que ya no me interesaban las mismas cosas, que prefería pasar mi tiempo de otra manera. Me di cuenta de que estaba totalmente perdida y de que, por miedo al cambio, no estaba haciendo nada para encontrarme. Y es triste darte cuenta de que las personas de tu alrededor han cambiado a la vez que tú... pero que no todos habéis ido en la misma dirección. A veces cambiar significa darte cuenta de que no todas las personas de tu entorno encajan en tu vida.<br />
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He cambiado muchísimo en los últimos meses. Cualquiera que me conozca sabrá que es así. Y algunos de esos cambios han sido a propósito. Yo he tomado las decisiones que me han llevado a este punto de mi vida. Me daba miedo cambiar, eso he de admitirlo. Me daba miedo no tomar la decisión adecuada y tirar por la borda todo aquello por lo que llevaba tanto tiempo luchando para nada. Pero a día de hoy no puedo alegrarme más de haber dado ese paso.<br />
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He crecido como persona. He empezado a atreverme a muchas cosas que me apetecían pero me daban miedo. He retomado algunas de las cosas que más feliz me hacían y que había dejado de lado. He reflexionado sobre muchísimos temas y cambiado mis ideas sobre algunos muy importantes. He disfrutado de todo lo que he podido al máximo. He decidido que, mientras tenga tiempo y dinero, me voy a apuntar a todo lo que me apetezca. He conocido a muchísima gente maravillosa. He decidido qué camino quiero seguir. Y nada de esto habría sido así si no hubiera decidido cambiar.<br />
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No solo he cambiado a nivel psicológico, también físico. Hace ya unos meses que me di cuenta de que había empezado a vestir de manera diferente. No fue algo planeado pero es totalmente cierto. Y hacer limpieza de armario y quedarte solo con aquello con lo que te identificas ahora mismo es un gran ejercicio. Y, por supuesto, yo misma he decidido llevar a cabo otra serie de cambios exteriores. Teñirme y después cortarme el pelo ha sido la gran ruptura. Llevaba años peinándome siempre igual y necesitaba expresar de manera física todo el cambio interior que estoy viviendo.<br />
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Me quedan un par de cosas que quiero hacer para terminar este cambio, para adaptar mi apariencia a cómo me siento. Espero poder llevarlas a cabo en las próximas semanas. Puede parecer una estupidez pero para mí es el acto que pone fin a una época.<br />
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No quiero confundir a nadie. No ha sido una época mala ni mucho menos. Soy de los que opinan que somos como somos por todo lo que hemos vivido y yo he aprendido muchísimo en estos años. Las personas con las que he compartido esta etapa que estoy terminando de quemar me han hecho feliz durante mucho tiempo y se lo agradezco en el alma. No huyo de algo oscuro hacia la luz como puede parecer. Solamente cambio algo que ya no me llenaba por otra cosa que me hace sentir plena de nuevo.<br />
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No tengáis miedo al cambio porque no es malo. Siempre puede ser a mejor, eso depende en gran medida de uno mismo. Y si notas que lo necesitas, da el paso.<br />
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Supongo que si ahora firmase en el cuaderno de alguien, le diría algo tal que así:<br />
"Cambia siempre a mejor, pero no tengas miedo de hacerlo".Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-17724204095189424382017-02-22T03:17:00.002-08:002017-02-22T03:33:48.916-08:00Luces apagadasApenas podía creérselo pero realmente estaba ahí. Después de tanto tiempo deseándolo, finalmente era capaz de sentir el tacto de su piel, el calor que desprendía su cuerpo, el ritmo acelerado de su pulso que comenzaba poco a poco a descender y su pesada respiración, que poco a poco iba volviendo a la normalidad.<br />
Con la cabeza apoyada en su pecho, respiró profundamente y, cerrando los ojos, disfrutó por un momento de ese contacto. Notó cómo un brazo rodeaba sus hombros con dulzura. Los dedos de la mano izquierda se hundieron cuidadosamente entre sus rizos violetas.<br />
Sonriendo, abrió los ojos y levantó ligeramente la cabeza. Sus miradas se encontraron de nuevo. Aún le costaba hacerse a la idea de que sus ojos no eran cómo los recordaba. Verlos tras todo ese tiempo había sido conocerlos realmente por primera vez. Resultaba curioso cómo un detalle tan pequeño había tenido tanta importancia. Recordaba la sensación de vacío cuando le confesó la realidad. Y también recordaba haber deseado saberlo desde mucho antes. Nunca había necesitado fingir nada para resultar especial. Al menos no con ella. Para ella había sido especial desde el primer momento, y lo habría sido también mostrándose tal y como era. Años después, en su segundo encuentro, por fin se había mostrado así. Y a ella le había encantado.<br />
Él sonrió con dulzura. Ella, con emoción contenida.<br />
-Por fin- susurró ella dirigiéndole una intensa mirada,<br />
-Te lo prometí- respondió él acariciando suavemente su mejilla.<br />
Ella cerró los ojos de nuevo y disfrutó del escalofrío que le produjo el roce. Apoyó de nuevo la cabeza sobre él. Se le escapó una lágrima de pura felicidad que fue a mezclarse con el sudor de su pecho.<br />
-Ojalá quedarnos así para siempre.<br />
Pero ambos sabían que esa no era una posibilidad. Por más que intentasen olvidarlo, la realidad siempre acababa por llamar a la puerta y despertarles...<br />
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Y esa vez no fue una excepción. Se despertó sola. En su cama. En su casa. En su ciudad. Como siempre.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-88335214228315704822017-01-20T07:33:00.001-08:002017-01-20T07:33:16.161-08:00Vuelta al pasadoCreo que ya es hora de que este texto vea la luz. Es un borrador que lleva esperando a ser publicado desde el 25 de marzo de 2013. No me atreví en su momento por todo lo que implicaba pero ahora realmente tengo ganas de que lo lea alguien que no sea yo, incluso de que lo lea la persona a la que originalmente estaba dirigido. Ahora que todo ha cambiado tanto, ahora que yo misma no soy quien lo escribió, ahora que mis ideas respecto al amor y los celos son totalmente distintas. Ahora es cuando miro atrás y veo la lucha en la que me encontraba hace cuatro años, y cuando más me alegro de haber llegado a una tregua.<br />
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Dagas<br />
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¿Has sentido alguna vez cómo mil dagas afiladas se te clavaban por dentro? Sé perfectamente que sí. Por eso no quiero que leas esto. Por favor para si has empezado a hacerlo, chico de los ojos bicolores. Te lo pido de verdad. No sigas leyendo.<br />
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Y si has decidido seguir... cuando acabes olvídalo y no me juzgues por haberlo escrito. Por favor. Déjame decir cosas que no sé si siento realmente porque son las propias palabras las que se mueren por salir. No me importa si esto no tiene sentido, si repito palabras o si cambio sin querer algún tiempo verbal porque sólo me estoy desahogando.<br />
A veces te odio. Hay momentos en los que una mano me oprime con terrible fuerza el corazón y te odio. Momentos en los que deseo con ardor que a ti también te duela y que llores las mismas lágrimas que lloré y aún lloro yo. Instantes en los que desearía gritarte todos los insultos del mundo y golpearte con todas mis fuerzas mientras lloro aún más al recordar todas las noches que mis ojos se han llenado de lágrimas por tu culpa. La rabia me corre por las venas y explota en gritos de ira porque me hiciste mucho daño.<br />
Pero luego me calmo y me horrorizo de lo que he pensado, de lo que he deseado hacer y de lo que quería que te pasase. Es cuando me doy cuenta de que yo no quiero eso. Lo último que quiero es verte sufrir, aunque ambos sabemos que aquí el verbo "ver" está fuera de lugar debido a los kilómetros.<br />
Quiero que seas feliz, de verdad. Puede que pienses que cuando te lo digo no hablo en serio pero es cierto. Recuerdo que una noche te vi triste y se me encogió el alma, y de verdad que no quiero que nunca estés así.<br />
Sé que ahora lo eres y te juro que me alegro muchísimo por ti, por vosotros. Pero hay algo que no puedo negar y es que a veces la odio sin que tenga la culpa de nada. Sé perfectamente que de no ser por ella tú no serías feliz igual que sé que sin su intervención no habrías hablado conmigo. Y debo estarle completamente agradecida por haberte convencido porque lo necesitaba. Pero por mucho que racionalmente no tenga más que motivos para apreciarla, algo dentro de mí me dice que debo detestarla. Es la envidia, son los celos, es la estúpida sensación de que ella tiene la culpa de que ya no pueda ser. Pero en realidad nunca pudo ser y ella no es culpable de nada.<br />
Me gustaría que supieras que no quiero odiarte, que te agradezco mucho que le hayas convencido de que me hable, y que espero que te haga muy feliz. Aunque sé que lo hará. Por favor, sigue haciéndole tan feliz como le estás haciendo ser ahora mismo y perdóname por todas las cosas malas que mi podrida mente piensa a veces sobre ti.<br />
Todo lo que me pasa por la cabeza se resume en que me alegro de verte feliz pero me mata no formar parte de esa alegría.<br />
Y esas dagas de las que hablaba se me clavan por dentro cada vez que la mencionas, que me llamas amiga o me dices que ya no me quieres. Aunque lo sepa perfectamente no puedo evitarlo.<br />
Solo necesitaba soltarlo. Por favor prométeme que si lo has leído nunca lo vas a mencionar. No quiero que te sientas mal por saber cómo me siento pero no decirlo me estaba carcomiendo por dentro.<br />
Todo es tan diferente ene ste momento... Siempre que escribía algo aquí pensaba que nunca lo leerías y eso era lo que me daba la libertad suficiente para hablar abiertamente. Ahora estoy escribiendo sin que quiera realmente que lo leas pero si has llegado aquí ya es tarde para eso. Te sigo queriendo. Perdóname por eso.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-76661387682876721882016-07-05T14:49:00.000-07:002016-07-05T14:49:30.273-07:00CambiosNunca me gustaron los cambios y menos los bruscos. Y sin embargo en dos semanas he puesto mi vida patas arriba. Y lo cierto es que no sé cómo sentirme al respecto.<br />
¿Has tomado alguna vez una decisión importante segura de que era lo correcto? Y aún así sabes que tiene una parte mala y que en algún momento llegará. Bueno, pues ha llegado.<br />
No te voy a mentir, llevaba tiempo sabiendo que teníamos fecha de caducidad. Creo que precisamente contribuía a ello tu necesidad de "para siempres". Intenté muchas veces hacerte entender mi visión de las cosas pero no fui capaz, igual que tampoco conseguí entender la tuya.<br />
Pero también es culpa mía. Me prohibí a mí misma cosas que me apetecían porque creí que era lo mejor y estaba equivocada. Seguramente todo habría sido más sano así pero nadie nace sabiendo. Ahora ya lo sé.<br />
También tenía miedo. Miedo a no hacer nada por mí misma, a no probar nada nuevo, miedo a esos "para siempres" tan importantes para ti y tan agobiantes para mí. Miedo a no ser lo que necesitabas. Y no nos engañemos porque no lo era.<br />
Y ahora, si bien sé que mi decisión era la mejor, no me siento bien. ¿Habría sido mejor fingir que todo iba bien, que nunca tenía dudas? ¿Habría sido mejor comportarme de manera extraña durante meses haciéndote daño cada día hasta que todo se marchitase de manera natural? No lo creo... Sé que te hice daño pero creo que es lo más justo para ambos, sin las mentiras que nunca te has merecido.<br />
Y estoy contenta con mi decisión, pero obviamente tiene partes malas. Como las miradas de desprecio o las negaciones de saludo de personas con las que me llevaba bien. Me cuesta admitirlo pero me crucé con tu primo y cuando vi su reacción al intentar saludarle lloré.<br />
También es malo este sentimiento de soledad, de vacío. Supongo que es hasta que me acostumbre. Sé que lo he querido yo pero aún no me hago a ello. La verdad es que me da miedo que un momento malo quiera intentar solucionarlo todo solo para poder volver a sentirme como en nuestros buenos momentos. Es contradictorio echar de menos algo que en realidad sabes que no quieres.<br />
Lo que sí que quiero es ver cómo sigues adelante y sobre todo verme a mí misma avanzando en la buena dirección. Y al final es cuestión de tiempo...<br />
<br />Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-76939464548014361972014-03-02T03:18:00.001-08:002014-03-02T03:22:47.330-08:00Primer soneto imperfecto<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">Acariciando la más alta cumbre</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">del Olimpo, supliqué por un beso.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">Hefesto, infame, me dijo: eso</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">se forja en mi fragua, ardiente lumbre.</span></span><br />
<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: inherit; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: inherit; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">Quizá el cruel dios cojo ya no acostumbre</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">a morder un labio hasta dar con hueso,</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">a jugar con fuego y salir ileso</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">tornando en fiereza la mansedumbre.</span></span><br />
<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: inherit; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: inherit; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">Mas yo en lo más profundo de mi ser</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">con incandescente fuerza lo ansío.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">De hierros al rojo intento coger</span></span><br />
<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: inherit; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: inherit; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">un beso amargo como un desvarío</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">por el que tus dientes quieran morder</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #444444; font-size: 15px; line-height: 21.299999237060547px;">y nunca me suelten, y así seas mío.</span></span>Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-41116592729041156862014-02-26T15:32:00.000-08:002014-02-26T15:32:47.546-08:00ÉlAzul. El cielo entero contenido en dos pozos de agua cristalina en los que se refleja el mundo, en los que se refleja mi imagen cuando él me mira. Y da igual cómo me vea yo. Poco importa si en los recovecos de mi mente soy la persona más horrible del mundo, asesina disfrazada de víctima, veneno fingiéndose el más preciado de los elixires. Igual da que piense en mí misma como un reflejo roto de lo que nunca seré. Nada de eso es relevante pues la imagen que me devuelven sus maravillosos ojos azules es pura luz. ¿Qué hay mejor que saberse luz ajena? Cada instante con él es sol brillando con indescriptible fuerza en el cielo. Cada momento que el cielo está en el sol es fuego puro, ardiente a la vez que suave, un tornado lento de dulces besos y caricias.<br />
Y así me encuentro, yo que maldecía los kilómetros con dolor, lágrimas y esperanzas vanas, reduciendo la distancia a milímetros y aún así echando de menos sus labios cuando apenas han dejado de rozar los míos, perdiéndome en pozos de cristalinas aguas azules: en sus ojos.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-80643979008298463492013-09-28T04:30:00.002-07:002013-09-28T04:46:21.518-07:00Y de repente OtoñoDe una manera casi trágica, el cielo se nubló. Parecía que un mago hubiese enviado una legión de nubes de un segundo para otro. El Sol no tardó en rendirse ante aquel grisáceo enemigo. Sus rayos, antes claros, brillantes y fuertes se tornaron de pronto débiles. La sonrisa desapareció de su candente rostro y su calor perdió intensidad hasta que ni siquiera pudo seguir llamándose calor. Asediado en su castillo celestial, encarcelado en una celda y custodiado por grises guardianes, aullaba de dolor, de ansias de libertad. Se revolvía en su prisión y cada movimiento iluminaba el cielo con un furioso relámpago de ira solar. Pero cada rayo iba seguido del trueno producido por los golpes furibundos de los cenicientos soldados que lo custodiaban, que trataban de reducirlo.<br />
En el resto del castillo, nubes blancas apresadas lloraban de dolor al escuchar la tortura que se producía en aquella celda. Sus lágrimas caían con fuerza sobre la tierra, alertando al mundo de la situación. Pero el turno del reinado del Sol había finalizado y nada sino el tiempo podría remediarlo. Los árboles, incrédulos, dejaban caer sus hojas alfombrando calles, plazas, prados y riberas, esperando que el poderoso cautivo pudiera ver desde las alturas su muestra de apoyo y dolor. Pero seguía preso.<br />
Porque así, con la tortura del astro rey, igual que cada tarde anochece, aquel día otoñeció.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-58675854306912374392013-07-22T15:51:00.001-07:002013-07-22T15:51:34.859-07:00Perfección<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 15px; line-height: 21px;">¿Sabes qué es la perfección? Yo sí. Perfección era el cielo ardiendo en llamas rosas, estallando en ráfagas violetas para despedir a los últimos rayos de sol. Perfección las nubes anaranjadas fraccionando el cielo con su suave y alargado algodón etéreo. Perfección era su pie rozando la superficie del río, del espejo de agua dulce que capturaba y duplicaba la maravilla que había sobre nuestras cabezas. Perfección su cuerpo cubierto con un fino vestido verde, sus brazos apoyados en la hierba y su cabeza echada hacia atrás con la cascada de rizos castaños mecida suavemente al compás de la brisa veraniega. Perfección eran sus ojos cerrados, su respiración pausada, su imperturbable quietud de estatua clásica y la paz que desprendía. La perfección era saber que el cielo era nuestro y que nadie podría nunca arrebatarnos aquel instante. La perfección era saber que era mía.</span>Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-31998048415906460522013-05-18T15:44:00.000-07:002013-05-18T15:46:50.082-07:00Mil duendes simultáneos.Cuando mil sensaciones contradictorias se entrecruzan y trenzan en tu mente. Cuando te conviertes en un cúmulo informe de personalidades diferentes que tratan de obligarte a cumplir sus deseos. Cuando una parte de ti quiere decir adiós, darse la vuelta y salir corriendo. Los pies golpeando el suelo con fuerza, los ojos cerrados para evitar que corran las lágrimas y un gemido ahogándose en la garganta, pugnando por librarse de las cuerdas vocales en las que se encuentra enredado. Cuando algo en tu interior se muere por lanzarse a sus brazos, tus ojos saboreando la dulce miel de los suyos y tus labios sintiéndose útiles al fin. El índice derecho muriéndose por rozar el lunar de su oreja y las caderas emocionadas al sentir una mano apoyada en su marcada curva. Los cuerpos pegándose hasta que desaparece el aire que los separa y todas esas sensaciones nublando la mente y desterrando los pensamientos. Cuando tu demonio interior desea lanzarse a su cuello, pero no con pasión sino con odio. Tus dientes afilándose en sus venas palpitantes y tus manos metamorfoseadas en garras hirientes. Cuando darías puñetazos a la pared gritando de rabia porque duele menos ver brotar tu sangre que tus lágrimas, porque el dolor del cuerpo contrarresta y mitiga aunque sea mínimamente el del alma. Cuando piensas el amarillo puede brillar y ser oscuro a la vez. Entonces es cuando te das cuenta de que sólo eres un duende harto de caerse de su nube; cuando por primera vez desprecias la Inspiración al ver que acompaña a los llantos y no a las risas; cuando alzas los ojos al cielo y deseas de una vez por todas ser feliz.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-36305395624263083112013-04-16T11:03:00.000-07:002013-04-21T10:56:34.358-07:00No sólo en las nubes hay poesíaHay una canción sobre una flor que crece en una ciudad. Dice que entre cemento no existe poesía. Pero se equivoca. No ha buscado bien. Poesía hay por todas partes, aunque a veces se mezcle y se confunda. No estoy hablando de versos garabateados un una pared, aunque los hay. No hace falta hablar de versos para referirse a la poesía. Hablo de escuchar el canto de los pájaros y sentir el sol en la cara en esas horas en las que apenas hay tráfico ni gente en la calle. Hablo de presenciar el mágico momento en el que se encienden a un tiempo todas las farolas de una misma plaza. Hablo de sentarse en un banco y sentir las vibraciones de la melodía que toca un músico callejero. Hablo de pararse a observar como un plástico olvidado danza al compás del viento. Hablo de pasear por una calle ancha rodeada de árboles altísimos y de correr levantando con los pies las hojas que el otoño ha hecho caer. Hablo de respirar el frío aire invernal al pasar junto a una fuente helada. Hablo de sentir en la piel los primeros rayos de la primavera mirando las pequeñas flores que decoran la hierba del patio del instituto. Hablo de refugiarse del sol abrasador del verano bajo la sombrilla de una terraza o junto al río. Hablo de sentarse a leer en un embarcadero y de meter los pies en el agua.<br />
¿Que para ti eso no es poesía? ¿Que siempre estará manchada por el ruido de los coches o la gente que camina con prisa? Hay que saber limpiarla y verla en todo su esplendor, quedarse con lo bueno.<br />
Si eres capaz de ver la poesía entre el cemento, eres capaz de ser feliz, por mucho que cierta flor opine lo contrario.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/6U1Tq28Pnt8?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-37828379072210387202013-01-10T14:51:00.001-08:002013-01-10T14:55:44.423-08:00DanzanteSentada en la silla y apoyada sobre la mesa. Mil cosas en la lista de tareas y, sin embargo, sólo escucha música. Canciones recién descubiertas deslizan sus notas por los oídos del duende. Y de repente una en concreto comienza a provocar sensaciones. Sus ojos se cierran y sus dedos comienzan a golpear el blanco tablero de la mesa al ritmo de flautas, violines y guitarras eléctricas. La cabeza comienza a moverse sola de un lado a otro, primero despacio con la introducción y más rápido cuando la melodía irrumpe y se acelera. De pronto y sin que sepa muy bien por qué está de pie. Los ojos cerrados, los pies descalzos y por única ropa una enorme camiseta vieja. Y baila. Sus pies comienzan a golpear el suelo rítmicamente. Los brazos se despegan del cuerpo y se mueven dibujando ondas en la habitación. No ve nada, sólo oscuridad pues sus ojos siguen cerrados. La música penetra en cada nervio de su cuerpo y hace que se suma en un mágico trance en el que baila sin descanso. Sus pies se despegan del suelo como si quisieran hacerla volar. Gira sobre sí misma, salta, mueve los brazos, se agacha... Cada golpe que las baquetas asestan a la batería es un nuevo paso de baile. La flautas llevan la melodía de sus sueños. Y ella continúa bailando cada vez más rápido siguiendo las notas cuando estas también aceleran. Y cuando se produce la explosión final deja caer los brazos y se estremece.<br />
Sólo entonces abre los ojos. Desde el quicio de la puerta se asoma él. Sus ojos fijos en ella, una sonrisa en su rostro. Ella quiere que se la trague el suelo. Pensaba que estaba sola mientras se entregaba a su trance pero una mirada se había entrometido.<br />
Él piensa que nunca la había visto tan libre, tan hermosa, tan pura, tan feliz, tan mágica. Se acerca a ella y simplemente la besa.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/PFOZKWzZs4c?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-28970724797695674792012-11-17T17:09:00.002-08:002012-11-17T17:09:19.343-08:00Para ti. Para el de los ojos bicolores.No sé por qué pero soy incapaz de alejarte de mi mente. Lo he intentado pero siempre acabas volviendo. Creo que no termino de aceptarlo aunque hayas acabado convenciéndome. Sí, ya sé que tenías razón, que era una tontería, un sueño estúpido de niña de dieciséis años con muchos pájaros en la cabeza. Pero que sepa que no puede ser no significa que no quiera que sea.<br />
Nada me gustaría más que poder volver a mirarte a los ojos. Me acuerdo de ellos ¿a que no lo sabías? Pues sí, algo así no se olvida. Recuerdo cada detalle de los ojos más extraños y más bonitos que nunca hayan posado su mirada sobre mí.<br />
Cada pequeño detalle hace venir a mi mente un momento contigo, aunque no nos diese tiempo a coleccionar muchos. Cada gominola me parece aquel osito compartido que hizo que me sangrara el labio; cada helado aquel que quería mancharme la nariz pero no podía porque llevaba puesta una de payaso; cada vez que llego tarde es como si hubieras vuelto a retenerme con un beso; las natillas me recuerdan al "no me juzgues"... Y dormir al día que te levantaste una hora antes sólo para venir a a abrazarme sin que te vieran.<br />
Supongo que nunca leerás esto. Y si lo lees tampoco harás nada. Aunque ojalá lo hicieras porque ese sueño estúpido de niña de dieciséis años sigue tan vivo que quema por dentro.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-53683523724459047882012-10-16T12:53:00.002-07:002012-12-01T07:30:38.880-08:00Otro duende diferente<br />
<br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span lang="EN-GB">Sólo el sonido de su respiración era suficiente para hacerle estremecer.
Cuando era consciente de su cercanía se le erizaba el cabello de la nuca. Al
imaginarse la curva de sus caderas, suave, lisa y tostada por el sol, su sangre
alcanzaba el punto de ebullición. Crecía en su interior la imperiosa necesidad
de recorrer sus dunas en busca de lunares. Rozar cada uno de aquellos puntos
marrones con la yema del dedo índice, con los labios... o simplemente posar en
ellos una mirada llena de deseo.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="EN-GB">Primero
caricias dulces por toda su silueta, después lucha de labios a cámara lenta.
Los ojos cerrados, los grados subiendo, las manos inquietas y curiosas
aumentando la velocidad de su exploración. Dos bocas que se separan, una de
ellas comienza envidiosa de las manos su propio recorrido. Los dientes se
cierran con suavidad en torno a la oreja para al instante abandonarla y repetir
la misma acción en el cuello. La lengua se encarga de continuar el descenso
dejando a su paso una humedad cálida, deteniéndose en las maravillosas
elevaciones del terreno, tan perfectas. Atrás queda la dureza de las cimas
cuando el viaje continúa sin pausa pero sin prisa hacia el minúsculo pozo que
marca el kilómetro cero, y atrás queda también este punto cuando se dirige sin
dejar de descender al oasis en el que por fin sacia su sed de ella.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="EN-GB">Pero su
calor no ha desaparecido y apenas un minuto después sus labios desandan todo el
camino y vuelven a luchar contra sus contrarios, contra sus complementarios.
Las manos vuelven a acariciar su piel para no olvidar el camino encontrado por
la boca y pronto ambos se funden en uno solo. Esa respiración que antes le
alteraba ahora le vuelve loco, cada vez más rápida, cada vez más entrecortada.
Y por un segundo deja de escucharse. A cambio un estremecimiento, una espalda
ligeramente arqueada, unos ojos cerrados con los párpados apretados al máximo.
Al mismo tiempo comienza a llover y el calor es inmediatamente sustituido por
otra sensación tantas veces buscada y tan pocas conseguida. Poco a poco las
respiraciones se calman y los ojos se cierran.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="EN-GB">Al abrirlos
está junto a ella. Trata de no escuchar la música de sus pulmones porque de
repente duele. Lo que hacía apenas unos segundos había parecido real en su
imaginación se torna inalcanzable en la vida real.<o:p></o:p></span></div>
Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-64638367965730401782012-08-30T15:00:00.001-07:002012-08-30T15:00:23.724-07:00Ojos que se cierranEn el fondo lo sabía. Los sueños habían mostrado las noches anteriores varios escenarios parecidos. Pero en realidad todo fue mucho mas sencillo.<br />
No fue como el primer sueño. Si bien la parte de la invisibilidad llevaba siendo real durante meses, cuando finalmente los ojos la contemplaron no habían cambiado de color. Se mostraban tan claros como siempre con la disparidad que la había cautivado desde el primer momento.<br />
Tampoco fue como el segundo. No fue una conversación telefónica a gritos, aunque los kilómetros también estuvieran presentes. Los kilómetros SIEMPRE estaban presentes.<br />
La realidad fue sencilla, dura, fría... esperada. Aquellos ojos que miraban desde la lejanía se cerraban por fin tras párpados hechos de miedos, dudas y distancia.<br />
Y otros ojos, esta vez marrones y cálidos ojos de duende, se cubrían de pequeñas perlas saladas. Pero no los cubrían párpados. Ni lo harían. Al menos un milímetro quedaría siempre abierto esperando volver a ver aquellos otros iris antes de que hasta el más mínimo de sus matices desapareciera de su memoria.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-1043114896782879672012-08-07T11:38:00.000-07:002012-08-07T11:38:03.051-07:00Vigilia de duendeEl sonido de las campanas anunció que había pasado otra hora y el duende siguió tumbado sobre el colchón sin poder cerrar los ojos. La luz se colaba por las dos ventanas abiertas que había en el techo y junto con ella lo hacía también ese aire frío de la madrugada.<br />
Sobre el suelo estaba el colchón y sobre el colchón estaba el duende. A su alrededor todos dormían. Se giró hacia la derecha.<br />
Ahí estaban. Las manos que hacía unas horas le protegían del frío con caricias se habían dormido y yacían sobre una almohada robada del colchón de la izquierda.<br />
Las campanas sonaron de nuevo. Nadie entendía por qué pero a cada hora se oían dos veces.<br />
Sus ojos estaban abiertos y su confusión se hacía patente por momentos. Los sentimientos nunca estaban allí cuando las manos se posaban sobre sus caderas aunque quizás asomasen ligeramente cuando los dedos recorrían las cuerdas de la guitarra y la vibración del instrumento transformada en música llegaba poco a poco hasta sus nervios. No, tampoco eran sentimientos aquello que asomaba. Sólo sensaciones. Nada más. ¿Entonces? ¿Sacrificaba su tiempo por una mera sensación? Era algo más complicado que eso.<br />
-Cuando llevas tiempo sin sentir nada, hasta la más mínima sensación es como una bendición- susurró una voz en la conciencia del duende.<br />
Y era cierto.<br />
Pero el duende sí que había sentido cosas, claro que sí. El problema es que todo dolía hasta límites insospechados. Dolía la lejanía de aquella mirada mientras la yema de un dedo recorría su silueta. Dolían las palabras susurradas al oído durante una puesta de sol casi tanto como los silencios que se repetían desde hacía meses.<br />
Y harta de tantas cosas que dolían decidió que disfrutaría de toda sensación positiva que le llegase a través de quien dormía a su derecha hasta que volviese a su nube blanca y que trataría de desechar todas las malas le llegasen de donde le llegasen.<br />
Suspiró. Cerró los ojos y los volvió a abrir. Y después rodó hacia la derecha para despertarlo y dejó de pensar mientras las manos antes durmientes volvían a rodear y recorrer su piel morena de duende tostado por el sol abrasador del verano.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-38436491032196423602012-08-06T16:14:00.001-07:002012-08-06T16:16:49.061-07:00Nubes oscurasSupongo que cuando está nublado y no ves necesitas agarrar la mano de alguien.<br />
Con el cielo lleno de nubes grises y su mirada perdida en un hueco de mi memoria tan remoto que cuesta años encontrar, lo que encontré fue una mano que acariciaba las cuerdas de una guitarra.<br />
Necesitaba recordar qué se sentía al mirar unos ojos desde tan cerca, el acelerón en las pulsaciones y el sonido de la respiración entrecortada. Y cuando lo hube recordado me di cuenta de que no era lo mismo sin esa mirada escondida en mi mente.<br />
Pero quién sabe si esos ojos volverán a cruzarse con los míos.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-40639347927432050722012-06-26T14:21:00.001-07:002012-06-27T08:16:52.846-07:00Nube ardiente<br />
Arde. Todo. Intento abrir la ventana pero no hay brisa, solo más aire caliente.<br />
El suelo quema. Mis pies descalzos buscaban el frío del mármol y se encontraron con el calor de las baldosas a las que ha dado el sol mucho tiempo.<br />
Me empiezo a agobiar. Intento sacar la cabeza por la ventana pero no hay diferencia. Incluso el cielo nocturno, con tonos morados por la contaminación lumínica se me antoja terriblemente cálido.<br />
Apenas puedo respirar con normalidad, la horrible sensación crece a cada momento. Ya hace tiempo que me desprendí de las prendas que me cubrían. Pero es inútil. La temperatura sube, dentro y fuera de mi cuerpo y cada vez el calor es más sofocante y la necesidad de apagar el fuego mayor.<br />
Agua. <span style="background-color: white;">Pero no llega a tocar mi piel y ya se ha evaporado.</span><br />
<span style="background-color: white;">Arde. Todo. Y solo dejará de arder ardiendo aún más.</span>Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-32512179078838085102012-04-24T14:04:00.000-07:002012-04-24T14:04:04.848-07:00Yo no quería ser duendeNo. Yo no quería ser duende. Yo quería ser hada. Tu hada.<br />
Yo quería alas en la espalda que me hicieran volar, o en su defecto manos en la cintura que me hiciesen soñar. Pero soy incapaz de despegar los pies del suelo y la mente de la consciencia.<br />
Yo quería cabellos largos y sueltos y dedos enredados en ellos buscando atrapar los rayos de luz que se cuelan por los agujeros de una persiana cerrada. Pero en la oscuridad ninguna mano acaricia mi pelo.<br />
Yo quería pies descalzos jugando bajo las sábanas. Pero estoy de pie y los zapatos me hacen daño.<br />
Yo quería un vestido de tela fina. No, yo no quería ningún vestido. Ni lo quiero. Yo quería que la piel fuese la única ropa necesaria.<br />
Yo quería ser hada. Tu hada. Pero solo soy un duende que llora.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-55043562750458722262012-03-29T06:13:00.002-07:002012-03-29T06:13:10.256-07:00Nube cerrada<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-CtavY8-UR9E/T3RfoOsf3dI/AAAAAAAAABk/a8tR0tb0GJI/s1600/capture-20120329-150849.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="238" src="http://2.bp.blogspot.com/-CtavY8-UR9E/T3RfoOsf3dI/AAAAAAAAABk/a8tR0tb0GJI/s320/capture-20120329-150849.png" width="320" /></a></div>
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Hoy el duende cierra su nube y sale a la calle. Defiende tus derechos.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4374720719752041371.post-65953119366844403052012-03-28T14:13:00.000-07:002012-03-28T14:13:53.454-07:00Duendes voladoresNo estoy segura, sólo es una intuición. Siento que un simple contacto me hace estremecer. Quizá si me coges de la mano mis pies se despeguen del suelo. ¿Te imaginas? Volar. Pero ¿para qué mirar el paisaje si puedo mirarte a los ojos?<br />
O mejor aún, sentir tu mano acariciando mi mejilla y cerrar los ojos. Sentir tus labios posados sobre los míos y no querer separarlos nunca. Sentir tus manos rodeando mi cintura y contener la respiración.<br />
Entonces no importaría nada alrededor. Sólo tu y yo, lo mismo sobre las nubes que enterrados.<br />
Quizá no sea necesario volar para eso.Andrea Sol Toquerohttp://www.blogger.com/profile/15903963261228343017noreply@blogger.com0