viernes, 2 de marzo de 2012

Cuando el duende sueña

He vuelto a soñar contigo. Con tu mirada bicolor observándome, con tus labios amables rozando mi piel, con tu pelo enredado entre mis dedos, con tus mejillas ásperas por el asomo de barba y tus manos fuertes llenas de pasión. He vuelto a soñar con tus caricias y tus dulces palabras al oído: con que me llamas princesa y me susurras "te quiero nenita". Y con el sueño ha venido el deseo de sábanas revueltas y besos de los que cortan la respiración. Me ha hecho desear como nunca que me desnudes con los ojos para después hacerlo con las manos, que recorras cada rincón de mi cuerpo buscando sin éxito a la niña inocente que se esconde para dejar paso a la mujer segura de sí misma.
Pero todo se queda ahí, en un sueño y un ardiente deseo. Y, mientras, las sábanas permanecen frías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario